Descubrir el mundo de los porta bebés es toda una experiencia llena de alegrías y sensaciones. Sin embargo, en general, en Occidente tenemos tendencia a usar portabebés llamados “de posición ventral”, es decir, posicionando al bebé contra el pecho del porteador. Son precisamente este tipo de mochilas porta bebés más comerciales las que actualmente dan una imagen quizás reduccionista y distorsionada de lo que realmente es el porteo de un bebé en la actualidad. Llevar al bebé largo tiempo en porta bebés se sale de la práctica común y por lo tanto no es nuestra imagen habitual de la maternidad.
Por un lado las mamas hoy en día necesitamos encontrarnos seguras en nuestra maternidad. La gran cantidad de cuestionamientos a los que estamos sometidas como madres (por hacer esto o lo otro); la pérdida de confianza en nuestros instintos; y la cantidad de información distorsionada o no por lo comercial, hacen que nos veamos poco capaces o muy inseguras, e incluso desinformadas con la llegada, sobre todo, de nuestro primer hijo y porque no, también del segundo.
A todo ello también tenemos que unir la racionalización y cientificación de las cuestiones más básicas de la vida cotidiana que nos impiden en muchas ocasiones guiarnos precisamente de lo más básico: nuestros instintos.
Es por eso que el llevar al bebé en la espalda, lo que llamamos: el verdadero comienzo del porteo del bebé, causa en muchas ocasiones sino estupor, sí temor, desconfianza o una mezcla de sentimientos entre tiernos e inseguros, que en cualquier caso muchas veces, son ambivalentes. ¿Cómo ser capaces de semejante cosa si no podemos ver al niño? ¿Es tán fácil llevar en la espalda al bebé?. La respuesta es sí, es muy fácil.
El problema, es que para nosotras perder de vista a nuestro bebé es difícil en términos afectivos y de seguridad en nosotras mismas. A destacar que recientemente incluso las marcas más conocidas de carritos de bebé fabrican cada vez más modelos en los que continuamos viendo al bebé durante más tiempo mientras empujamos el enorme artefacto. Igualmente las marcas más comerciales de portabebés simplifican los efectos de portear a nuestros hijos reduciéndolo a posiciones ventrales.
Sin embargo nos adaptamos y nos concentramos en lo comercial sin darnos cuenta de que lo más básico está más acorde con nuestros sentimientos y nuestras necesidades.
Llevar al bebé se convierte desde su nacimiento en una necesidad para la madre, que no sólo recupera rápidamente la confianza en sí misma llevando a su hijo en brazos con un dispositivo adecuado, sino que le ayuda a confiar en sus instintos. Además la devuelve a la vida activa con mucha más rapidez, comodidad y facilidad de lo esperado. Todo ello ocupándose de su pequeña cría, que no lo olvidemos, es lo más importante para ambos, y para todos.
Por otro lado la familia descubre que para el bebé ser llevado en brazos es totalmente indispensable para su superviviencia y su bienestar. Realizamos entonces que el llanto del bebé esconde necesidad no sólo de alimento, de higiene o de sueño y cuidados, sino simplemente de contacto. Para el bebe recién nacido el cordón umbilical que hemos cortado le unirá todavía, aunque invisible, durante casi un año a la existencia de la madre o en su defecto a su adulto de referencia. Para el bebé no hay aún dos individuos, él (ella) aún ES un sólo individuo, que forma parte indivisible de su madre y se concibe como tal. Es por eso totalmente legítimo lo que reclama, por supervivencia.
Quizás el hecho de que ciertas marcas más comerciales se apropien de este tipo de iniciativas, bien sea por marketing o por modas no beneficia la imagen mental colectiva que tenemos de algo tan importante para la cria humana como lo es el ser llevada en brazos. Simplemente porque conceptualmente no realizan un «buen porteo» en términos fisiológicos y físicos ni para el bebé ni para el porteador.
Culturalmente, y geográficamente en Occidente.
Es muy común que madres o padres que llevan a sus bebés en la espalda oigan expresiones del tipo -“llevas al bebé como …. ”-. Una expresión en la que podemos utilizar el nombre de muchas culturas, países o incluso continentes: peruanas, esquimales, africanas, asiáticas, y/o cuasi cualquier otro lugar del planeta tierra.
Muchas de estas familias porteadoras saben que es en realidad, esta forma de llevar al bebé humano una técnica que se utiliza ancestralmente por nuestra especie desde todavía no se sabe muy bien cuanto tiempo. Incluso en un tiempo no muy lejano también en Europa.
Recientemente algunos antropólogos sugieren a la invención del artefacto portabebé como un factor, compartido con otros factores, evidentemente, responsable de la bipedestación humana. Independientemente de su veracidad, que parece quizás un tanto exagerada, pues no se ha podido demostrar pero que nos dan una idea de lo indispensable que se considera para la especie humana la supervivencia de sus crias, y por supuesto la adaptación a la vida familiar, social y laboral y la continuación de la vida cotidiana sin que los pequeños pasen a ser “una carga”, sino simplemente a acompañar nuestro día a día desde un lugar privilegiado y seguro: en constante contacto con un ser querido.
Actualmente y alrededor del mundo se puede observar aún cómo la mayoría de las mamas y familias, e independientemente de las culturas o países en los que viven, se fabrican, se confeccionan o simplemente, utilizan métodos para poder llevar a sus hijos en brazos sin que sea realmente percibido por nuestra visión occidental como indispensable, o simplemente, útil, y que de alguna manera subestimamos este tipo de crianza y de convivencia con los más pequeños.
«Occidente no lleva a sus bebés en brazos”
Esto dirían los titulares de muchos periódicos o revistas en estos países si se dieran cuenta de los beneficios culturales y sociales que puede tener criar a sus futuras generaciones de esta manera.
Sin embargo, lejos de esto cuanto más se occidentalizan las culturas y sociedades o cuanto más se acercan a la modernidad, más se dejan de lado este tipo de practicas. Y es que para ser aceptadas en la sociedad moderna deben renunciar a cierto tipo de prácticas etnicas de la vida cotidiana.
Es corriente saber que muchas mamas de origen africano en Occidente portean a sus bebés únicamente en sus casas, cuando no se las vé o se las critica. Que para sentirse lejos de la visión occidental que los percibe como población inmigrante simplemente utilicen otros dispositivos más “modernos” y mucho menos prácticos e incómodos.
En otras ocaciones también podemos escuchar expresiones de familias latinoamericanas “en mi país llevan así… pero las Indias”. Calificativo por otro lado descalificativo en tanto en cuanto se incluye dentro de lo rural, y lo antiguo que no es bienvenido en oposición a lo moderno y mejor. Cómo si rural fuese igual a antiguo y peor, y moderno fuese sinónimo de mejor.
Afortunadamente existen cada vez más iniciativas que fomentan este tipo de portabebés tradicionales y ergonómicos, respetuosos de la fisiología del ser humano y que implican en muchos casos un acercamiento al bebé más respetuoso con sus necesidades, y menos adultocéntrico. Reducirla al concepto de “moda” es eso… reducirla y simplificarla.
Así, por ejemplo se constata que un gran conjunto de pediatras brasileños fomenta el uso de dispositivos ergonómicos adecuados para llevar al bebé, ayudando y fomentando igualmente la instauración de la lactancia materna.
Se reconoce internacionalmente el beneficio de los Cuidados Madre Canguro para bebés prematuros en los hospitales y fuera de los hospitales para todos los bebés. En España son cada vez más los hospitales que lo instauran con mayor o menor implicación y cada vez más los padres y familias que reclaman el Método Canguro.
Iniciativas como la Semana Internacional de la Crianza en Brazos que ya tiene adeptos en todo el mundo y que acaba de celebrarse, comienza a tener en España su propia repercusión.
La proliferación de Asociaciones de Lactancia, Grupos de Madres y no lo olvidemos, la creacción en 2008 de la Red Canguro (Asociación Española de padres y madres para el Fomento del Uso de portabebés) están dando en nuestro país sus frutos poco a poco.
Esperemos que poco a poco esta Imagen Colectiva de Occidente se vaya modernizando y mejorando. ¿y tú qué imagen mental tienes de los porta bebés? ¿y a tu alrededor qué piensan? ¿crees que puedes darles argumentos para cambiar esa imagen?
Correo.contactoarrobamisaquitomagico.com
© 2011 www.MiSaquitoMagico.es
Querida Merce, tú ya sabes qué opinión tengo yo de los portabebés.
Me llama la atención esta parte de tu artículo: «Recientemente algunos antropólogos sugieren a la invención del artefacto portabebé como un factor, compartido con otros factores, evidentemente, responsable de la bipedestación humana.»
¿Y si el ser humano comenzó a caminar erguido por la necesidad de llevar en brazos a la cría? Ahí queda eso 😉
Besitos, comadre.
Como digo no se ha podido demostrar, pero es evidentemente un factor muy importante a tener en cuenta… simplemente como opción. Cuando el ser humano puede permitirse utilizar sus dos manos, a la vez que cría a su bebé, se inicia como mínimo una revolución en la familia y por lo tanto en la tribu. La actividad de los individuos, incluso en los momentos de supuesta «debilidad», que no es tal, permite optimizar muchas acciones. Desde luego podría haber sido un factor muy importante, para el que de momento no hay evidencias, pero como no, suposiciones.
Personalmente se me ocurre siempre la imagen de una tribu, o un pueblo medieval (por ponernos mentalmente una imagen histórica), en un momento en el que es necesario cambiar de asentamiento, por motivos alimentarios (caza, pesca o recoleción) o peor, huyendo. ¿Alguien cree que las madres corrían con sus hijos bamboleando en brazos? ¿o caminando horas e incluso días sin inventarse algo más práctico? La respuesta es más que evidente a la vista de las imagenes que pueden darnos incluso hoy otras culturas.
Gracias Rosa Elena!
Querida Merce, creo que a ti no te hace falta que te diga mi opinión sobre los portabebés ¿verdad? 🙂
Hay una cosa que comentas, sobre los portabebés comerciales «a la moda», lo de llevarlos ventralmente, que creo que es justamente porque al crearlos no se ha entendido su verdadera esencia, y se han tomado un poco así «como una moda» tal vez, como un accesorio a enseñar un ratito, para lucir unos minutos, y no como lo que verdaderamente es un portabebés…
Para mí, obviamente no es algo para «presumir» de bebé un rato, sino es claramente una ayuda a un modo de criar…
Si partimos de la base de que los bebés necesitan el contacto físico casi permanente, que eso les beneficia tanto física como emocionalmente, y la madre disfruta de esa sensación de ser su madre, la fortalece como mujere, como cuidadora y protectora de su cría, está claro que los portabebés existen para facilitar esa necesidad de ambos y compaginarla con el resto de necesidades: cocinar, limpiar, cuidar de hermanos mayores, ir a la compra y las mil y una cosas más que se necesitan día a día…
Habrá momentos en que utilices la posición ventral, en especial con bebés pequeñitos o que mamen muy seguido, pero también habrá momentos en que prefieras (o ellos mismos generalmente al crecer) en que la posición más adecuada será en la espalda, donde quizás no lo veas de frente, pero lo escuches directo a tu oído, lo sientas moverse sobre tu cuerpo y compartas con él tus charlas y tus rutinas, introduciéndole de pleno en el mundo real donde le toca vivir.
No puedo enrollarme mucho, pero lo de llevar a tu bebé encima lo siento tan natural… tanto que hasta me cuesta poner el palabras el porqué hacerlo…
Un abrazo fuerte y muchas gracias por mantener tu blog con tanta información y experiencias sobre portabebés.
Querida Marsupina,
Muchísimas gracias por tu comentario. Obviamente muchas marcas, independientemente de que sean o no las mejores del mercado, buscan intereses lucrativos en la demanda existente. Globalmente están, probablemente ;D, mal enfocadas y en lugar de preservar el interés de los usuarios, simplemente se preocupan de cubrir una demanda sin dar demasiadas ideas a lo «intuitivo», ya que si fuera así, es probable que nos diéramos cuenta de que no es necesario invertir en su marca.
Igualmente como usuaria de un primer porta bebé muy poco ergonómico buscaba respuesta a mi necesidad (la de llevar cerca a mi bebé). Lo que no me podía imaginar era que fuera tan poco útil e incómodo aquel porta bebé en concreto. Ahora con la experiencia y el conocimiento me consta que a veces no vemos porque precisamente lo que nos falta es eso, experiencia y conocimiento, pero sobre todo, una idea visual que se construye ni más ni menos con el colectivo con el que vivimos: viéndolo!
Por supuesto conozco la opinión de muchas de vosotr@s, no me caben duda… pero ¡hagamos reflexionar a los que tenemos más cerca y a los que tenemos más lejos!! ;D
Un abrazo Marsupina!!
Muy buen análisis, y exquisitos comentarios.
Gracias!!!
Abrazos!!!
Gracias Ileana!! :*
¿Y de dónde exactamente proviene ese alejamiento del bebé? Yo he leído que del mundo anglosajón y la revolución industrial, sería interesante un artículo sobre el tema…
Hay muchas «teorías» al respecto. Las clases sociales, la industrialización desde luego son causas analizables al respecto, la modernización, las ciudades (aglomeraciones de personas) dan lugar a muchas irregularidades en las relaciones individuales. Por otro lado la infancia ha sido maltratada históricamente en muchos aspectos y hay bibliografía terrible al respecto. Creo que más que un alejamiento del bebé se trata de un alejamiento del respeto mutuo, tanto a nivel de género (hombre-mujer), como a nivel generacional (anciano-adulto-joven-niño). Tomo seriamente nota sobre tu interés. ;D Al principio en los talleres abordaba este tema, retomaré!! :* Gracias Abre!