He recibido muchas dudas con respecto al desarrollo óseo de la espalda del bebé y el porteo. Concretamente sobre el compromiso de las vertebras Atlas y Axis en el mismo, así que te comparto aquí parte de mi investigación.
Tanto el Atlas como el Axis forman parte del conjunto de las 7 vertebras cervicales que conforman la unión entre la cabeza y el tronco. La columna vertebral en su génesis como con el resto de los huesos empieza a formarse a las pocas semanas de gestación. Durante el proceso de osificación intrauterino los huesos van adquiriendo consistencia.
Durante la gestación se produce lo que se llama la Osificación Encondral. Es la formación de hueso pasando por una etapa cartilaginosa. Se observa tanto en huesos largos como cortos.
Se diferencian dos núcleos de osificación que son zonas donde se inicia la osificación intramembranosa o encondral. Son los nucleos de osificacion primarios y secundarios. Los núcleos primarios son los primeros en aparecer, habitualmente en la vida fetal y a partir de ellos se desarrollan la mayor parte de los huesos planos. En los huesos cortos osifican la totalidad del hueso excepto el calcáneo.
El hueso occipital del cráneo que se apoyará en el famoso Atlas aparece ya en la 9ª semana de gestación.
Los núcleos secundarios aparecen tras el nacimiento y son responsables de la periferia de los huesos planos, las epífisis y las superficies superior e inferior de las vertebras. Algunos huesos, como la cresta ilíaca, pueden completar su osificación hacia los 16-18 años de edad en el varón. El resto de huesos van a seguir creciendo desde la infancia hasta la pubertad como todo nuestro cuerpo, en su gran mayoría.
La osificación de nuestros bebés promedio está completa en el momento de nacer para su necesario desarrollo posterior y fuera del útero de manera autonoma, sin necesidad del cuerpo de la madre salvo para el alimento, el sostén, la supervivencia, el apego, etc… Fisiológicamente, ya no nos necesita para seguir desarrollándose. Ya a finales del séptimo mes, los huesos de tu bebé están completamente formados, aunque todavía se mantienen suaves y flexibles.
Sus huesos están menos mineralizados y al hacerles radiografías no se ven totalmente opacos, sino que en algunas zonas se visualizan separados y por eso parece que son más.
A medida que los niños crecen, el calcio y el fósforo se van depositando en sus huesos, que se hacen cada vez más densos y más opacos ante los rayos X.
Es decir, la génesis de los huesos ni puede ni debe estar completa al final de la gestación. Está completa para el momento del desarrollo en el que se encuentra el bebé, sin más.
La columna vertebral
La columna vertebral es una de las partes más fuertes del cuerpo. Está hecha con bloques de hueso muy duro que les dan fuerza y flexibilidad. Se encuentra reforzada por ligamentos muy resistente y está rodeada y protegida por músculos grandes y muy potentes.
Además la cabeza de un bebé crece un promedio de 1,5 cm cada mes. De hecho el peso del cráneo pasará en 12 meses de 350 gr. a 1000 gr., triplicará su peso. Si sus cervicales no estuvieran preparadas para sostener su cabeza tras un breve proceso de crecimiento y adaptación sería como decir que la naturaleza nos está haciendo mal. Y no es cierto, nos prepara para seguir creciendo.
Lo que claramente es cierto es la insuficiencia de fuerza muscular para estabilizar el tronco, que aumentan nuestra inestabilidad. El bebé nace con hipotonía constitucional axial (es decir, centrada en la columna vertebral) e hipertonía en las extremidades. Lo que le permite junto a los reflejos primitivos mantener la posición de acarreo.
El bebé al nacer ha permanecido en el vientre materno hasta 42 semanas de gestación. Durante todo ese tiempo su crecimiento se ha adaptado al lugar en el que debía permanecer: el vientre de su madre, pero preparándose para el exterior, ¡claro!.
Para poder hacerlo, fisiológicamente el desarrollo óseo de su columna vertebral lo hace en forma de C, la denominada Cifosis del bebé. Una gran cifosis y una pequeña lordosis configuran su estructura vertebral.
A medida que el bebé va adquiriendo con la edad, madurez en la columna vertebral, van apareciendo las distintas curvas características de la espalda.
En primer lugar el bebé comienza a desarrollar la curva inversa en lordosis del cuello, es por eso que el bebé poco a poco podrá controlar más y mejor los movimientos de su pesada cabeza. Y lo hace muscularmente también aprendiendo a sostener su cabeza, ejercitando sus músculos.
No por nada es la primera curva en aparecer, se está preparando para que puedan aparecer el resto, su objetivo es controlar la cabeza, y facilitará el resto del proceso hasta llegar a la capacidad de la bipedestación.
La bipedestación apareció en los primates (australopitecus) hace 4 millones de años.
Esta bipedestación hace reposar el peso del tronco (incluida la cabeza) sobre la cadera limitando su apertura.
Así poco a poco aparecerá la lordosis lumbar donde al igual que antes cada vértebra lumbar soporta el peso del cráneo y de las demás vértebras que tiene encima y protege la médula espinal.
“El desarrollo del control postural se haría en dos fases. Una primera fase de integración de la información sensorial y una segunda fase de regulación. El desarrollo es dependiente de la funcionalidad de los diferentes sistemas sensoriales.” (Bril et Ledebt, 1998). Es decir el bebé recibe información de dónde se encuentra y una vez integrada se inicia el proceso de regulación de movimientos posturales.
«La habilidad motriz es la capacidad de elaborar y de realizar una respuesta eficaz y económica para llegar a un objetivo preciso» (Marc Durand, 1987).
Ecónomicamente para el bebé realizar un control cefálico desde la posición tumbado es mucho más complicado que desde la verticalidad. Y más teniendo en cuenta su hipotonía consitucional totalmente benigna y que va desapareciendo poco a poco no sólo con la madurez física sino con la madurez neurológica.
Tumbados como posición exclusiva y prioritaria y con nuestro pesado cuerpo y pesada cabeza si intentamos levantar la cabeza el esfuerzo es mucho más difícil y complicado. Pasamos de intentar realizar movimientos laterales a movimientos laterales y verticales limitados. Si a esto le añadimos que la falta de tono muscular nos dificulta luchar contra la gravedad se lo estamos poniendo aún más difícil.
No hay absolutamente ningún motivo para pensar que portear en vertical en #porteoseguro perjudica la espalda, el atlas o el axis de tu bebé.
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La espalda del bebé y el porteo: es más deseable la verticalidad respetuosa
Por supuesto no es lo mismo portear a un bebé por las axilas, y colgando y/o sin ningún tipo de apoyo en el que su cabeza no tiene reposo, sobre todo cuando se cansa (que es muy a menudo), o sujeto por la zona del coxis y genitales que desde la posición decúbito prono vertical apoyando toda su zona ventral y su cabeza en el cuerpo de su madre quien ayuda a mantener su pesada cabeza con el pecho mientras el bebé se apoya en ella.

Es decir en una posición de porteo seguro en posición decúbito prono vertical sobre el pecho de la madre, el bebé no soporta el peso de su cabeza él sólo, tiene apoyo. Además su espalda redondeada en cifosis permite disminuir la presión vertical en el raquís y de los discos intervertebrales.
Por otro lado la necesidad de estabilización del tronco y la cabeza, tienen como fin la puesta en funcionamiento de un referente visual y vestibular importantes.
Día a día la columna vertebral seguirá su evolución proporcionando una segunda curva en lordosis a la altura de los lumbares y gracias a la cual el bebé adquiere capacidades como la de sentarse, gatear… La posibilidad de hacer otros movimientos se produce gracias a la capacidad que adquiere con la evolución de la columna vertebral. No antes.
Por último la maduración de la zona del coxis, parte baja de la espalda, permitirá al bebé realizar movimientos como ponerse de pie y caminar. Para todo ello debe pasar como mínimo un año en el cual el bebé no deja de crecer, explorar y descubrir.
El ambiente y el desarrollo del bebé africano
Ya en 1960-73 Marcelle Geber en «L’environement et le developement de l’enfant africain» entre otras cosas constata la rápidez con que los niños senegales tienen control cefálico.
Destacan el avance del control del eje corporal (columna vertebral) en los tres primeros meses, sosteniendo su cabeza desde el primer mes de edad, siendo capaces de mantenerse sentados (que no sentarse por sí mismos) desde los 4 meses de edad sin sostén, de echarse hacia adelante y volver a su posición. De andar a la edad de 8 meses y de correr a la edad de 12 meses.
Estas edades y grandes avances de la motricidad precoz se corresponden bastante bien con las conclusiones sobre los niños Bambara en Mali y los niños Bacongo en Congo constatadas por Bril, Zack y Nombessa-Nkounkou (1989). Lo que en principio se cree teóricamente debido a un mejor desarrollo motor y reflejo gracias a un mayor desarrollo del sistema nervioso, se constata como una consecuencia de la costumbre de llevar a los bebés en vertical en la espalda.
El uso de porteo correcto y seguro durante el crecimiento ayuda al desarrollo de músculos fuertes y ágiles, endurece los huesos, hace que el bebé se sientan bien y que el cuerpo libere sustancias naturales para combatir el dolor si este existe.
Mantenerse activo para el bebé significa estar sano. Sin embargo ten en cuenta que cuanto más pequeño es el bebé más importante es tomarse el tiempo de colocarle correctamente. Contrariamente a los bebés más grandes, ahora ya sabes que el bebé recién nacido no tiene la musculatura para poder compensar una posición inadecuada y/o inconfortable.
¡Cuéntame qué necesitas y hagámoslo realidad!


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