Amo Ser Tu Almohada: 10 razones para practicar el colecho es un Carnaval de Blogs iniciado por Amor Maternal para tratar de romper con el tabú social que existe en torno a dormir con los hijos, dar a conocer esta opción tan sana y natural como agradable tanto para el niño, como para sus padres y proporcionar información fiable y experiencias personales al respecto.
Cuando aún no eres madre no imaginas todas las cosas que te cambian los hijos. Una vez que llegan serías capaz de escuchar cualquier cosa que te ayude a comprenderles, a veces incluso los malos consejos. Con el tiempo nos damos cuenta de cuales son los que mejor van con nosotros.
El mejor consejo que recibí me lo dió la enfermera de la clínica donde dí a luz. Aunque su objetivo era vigilar un buen inicio de la lactancia aún recuerdo las palabras que más cambiaron mi casa y que posiblemente fueran el inicio de lo que mi maternidad es hoy: “Mete al bebé en tu cama, no te arrepentirás!”. Con estas palabras, sembró la duda de muchas cosas y la felicidad para muchísimas más. Hoy, en mi cama somos 4.
Cuando llegó nuestro primer hijo y como muchas parejas habíamos preparado nuestro dormitorio con el cuco junto a la cama y el dormitorio infantil con la cuna, para el “después”. Uno no sabe muy bien cuando va a llegar ese después, ¿cuando hay que cambiar al bebé a “su cama/cuna”?, sólo te dicen que es así y que “tienes que hacerlo”.
Bajo multitud de pretextos a los que hoy no encuentro ningún sentido (-los bebés necesitan su espacio, -los puede aplastar, y otros similares) uno se deja llevar por la masa que opina. Todos son consejos que bien infunden miedo o disfrazan “independencia” de los padres o del bebé. Consejos que hacen que dejemos al bebé sólo en uno de los momentos más frágiles para la supervivencia humana, el sueño.
Al principio no hice mucho caso a la buena enfermera, simplemente mi hijo dormía a mi lado, en su cunita. Luego vino la práctica, la vida real, la convivencia y el día a día con mi hijo, y el cansancio. Mi hijo, cómo todos o casi todos los bebés recién nacidos mamaba cada poco. Y cuando digo cada poco era que: por el día estaba literalmente enganchado a la teta cada 10 minutos y por la noche cada 3h (que ya era una barbaridad al cabo de unos días de dormir en duerme-vela).
Hoy sé que es normal que un ser tan pequeño y frágil se agote con un esfuerzo tan tremendo, se duerma y vuelva a alimentarse al poco tiempo, pero entonces me hacía millones de preguntas. ¿se quedará con hambre? ¿lo estaré haciendo bien?
El cansancio de un parto no respetado, los puntos infectados, la ictericia de mi hijo, la intranquilidad de primeriza, los llantos, y el no saber reconocer cuando el bebé tiene hambre antes del llanto o el simple echo de iniciar la experiencia de conocer a nuestro hijo eran agotadores, no el primer día, sino en el día a día.
Y entonces llegaba la noche
Los días eran llevaderos, tenía mi bebé en brazos, era felíz. Pero era por las noches cuando todo aquello se acumulaba. La nueva mamá estaba cansada, agotada a los pocos días y el rey de la casa tenía hambre, tenía frío, se sentía sólo y quizás en peligro (él no lo sabe, sólo detecta que está sólo y eso en lenguaje instintivo no puede ser nada bueno), entonces daba la alarma y lloraba para alertar a su mamá.
Una ojerosa mamá se levantaba, le cogía en brazos, le hablaba, le acunaba y le daba la teta: el mejor remedio para todos o casi todos los males. No existe mejor medicina para un niño o bebé. Lo normal era que se lo diera sentada, en la cama con un cojín, también probé a levantarme. Al cabo de los días me esforzaba por no dormirme con él en brazos pero me sorprendía pensar y saber que no era capaz.
Entonces vino el miedo a que el bebé se cayera de mis brazos, el pánico a mi propio cansancio… Así fueron pasando los días, las semanas, los meses. Y al cumplir los tres meses y por indicaciones externas decidí llevarle a su cunita: era hora de aprender lo que era la independencia.
Así empezó la pesadilla, pero no para él (que sabría él de cambios de habitación), sino para mi. Ahora cada vez que mi hijo lloraba yo tenía que levantarme, ir a otra habitación, cogerle, darle el pecho o consolarle y hacer lo mismo que hacía hasta ahora pero en el sillón de lactar preparado a tal efecto justo al lado de la cuna: dormirme con mi hijo en brazos, pasar frío y ops!! volverme a levantar cuantas veces hiciera falta.
El experimento me duró excasos dos días. Esta vez volvió a la habitación, pero dentro de nuestra cama. Tengo que decir que una hermosa cama de 1,65 que adoré más que nunca. Y cuando mi hijo entró en mi cama experimenté la felicidad, el descanso, la tranquilidad, la seguridad y su calor, pero sobre todo algo que no podrás saber hasta que no lo hagas: la conciencia de que lo estaba haciendo bien porque era lo mejor para nosotros y tenía que ser así. Y la felicidad de tenerle a mi lado, simplemente.
10 cosas que hemos ganado con el colecho
Primero investigué y descubrí que lo que hacíamos no era nada nuevo y que se llama colecho. También descubrí que la mayoría de las culturas lo practican o practicaban y no era por falta de espacio en las casas. Descubrí los escasos posibles inconvenientes en caso de tabaquismo, obesidad mórbida o dormir en una cama de agua. Cómo no cumplíamos los inconvenientes nos lanzamos con las ventajas.
A partir de entonces supe lo que era descansar, pero sobre todo supe lo que era compartir el sueño con mi hijo. Al principio a papa le costó unos días (unos 3 días máximo), pero luego estaba tan de acuerdo con la decisión como yo.
Al nacer nuestra segunda hija decidimos añadir una cama de 90 junto a la nuestra, asi que tenemos espacio para todos.
- Cuando mi hijo está malito, mama está a su lado.
- Cuando tiene pesadillas, papa le consuela.
- Cuando mi hija tiene hambre, mama sin despertarse apenas, le da de comer, tetita.
- El llanto de mis hijos, no me quita el sueño. Descanso para mamá, para papa y para los peques. No necesitan llorar para llamarme, por lo que su sueño no es interrumpido, ni tiene que hacer esfuerzos para volver a dormirse.
- Cuando tienen fiebre, cerquita de mama regulan mejor la temperatura.
- Si tienen frío o calor, lo detectamos enseguida.
- Aprende los ritmos de sueño con mi sueño.
- Si tose, si vomita, si no se encuentra bien, enseguida nos damos cuenta y reaccionamos en consecuencia.
- Es muy divertido y tremendamente tierno ver a mis hijos dormir en algún momento, o muchos, de la noche, y dormir exactamente en la misma posición. Sincronización de los ciclos de sueño y del movimiento durante el sueño.
- Me encanta despertarme por las mañanas con sus buenos días reflejados en sus sonrisas.
- Ah, y la ONCE: hemos ganado una habitación de la casa, la de juegos.
Gracias enfermera!
Declaración sobre el llanto de los bebés
Dormir sin lágrimas, de Rosa Jové (Psicóloga clínica y psicopediatra)
Leer más: http://www.amormaternal.com/2011/09/10-razones-para-colecho-amo-ser-tu.html#ixzz1YczZvsDT
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No hay nada como dejarse guiar por el instinto… Me está gustando este carnaval de blogs porque estoy aprendiendo un montón, y viendo que lo que hacemos es normal, aunque los de alrededor nos digan que no… un beso!
De eso se trata, de que nos demos cuenta de que lo normal no es lo que hacen todos si no lo que se adapta a nuestras familias :* !! Un beso garrapatilla que me gusta mucho tu blog.
Que bonito Mercedes, y que identificada me siento.
Gracias tocaya!! Estamos en la misma onda! ;D Un abrazo!
Esto es un excelente ejemplo de qué nos ocurre a los papás y mamás cuando llora nuestro bebé durante la noche. Con humor y amor!
http://www.thefoodoflove.org/breastfeed-in-your-sleep.htm