El porteo y el control de esfínteres… Si buscas una solución para que tú bebé controle, te voy a sorprender. Escuchando sus señales, les enseñamos a escucharse.
Desde hace algún tiempo, como todas las niñas y niños de su edad, mi hija se interesa a la crianza de sus muñecos y juguetes. Ya en otras ocasiones hemos pasado por períodos en los que a ella le inquieta cómo se va a “apañar” en este caso para cambiar los pañales a su bebé y por consiguiente, cambiarle de ropa también. Hoy eran los pañales.
Mi hija tiene 6 años y esto que parece tan banal aparentemente, para ella es un reto personal y físico a superar. Ella tiene una hemiparesia (una parálisis cerebral que hace que los miembros de uno de sus lados no obtenga la información adecuada para moverse, manipular o incluso sentir) y todo lo que suponga una manipulación con ambas manos supone un reto más o menos complicado.
El caso es que ella me decía que ¿por qué tenía que ponerle un pañal a su bebé?.
Y entonces recordé… y le conté que:
Con mi hijo mayor, su hermano, usé pañales desechables, pero con ella no fue así.
Cuando ella nació, ya había entrado de lleno en otra forma de planificar mi maternidad. Por lo menos, una que se acerca más a mis principios personales y no a la que me querían vender. Comencé entonces a usar los pañales de tela. No muy convencida al principio, no te lo voy a negar, soy de carácter práctico. Y pensaba que igual no iban a ir conmigo… Bueno, pues sí, ¡nos gustaron muchísimo!
También conocí el control de esfínteres autónomo de bebés, el método sin pañal o la «comunicación de la eliminación«. No hice nada especial al respecto, sólo conocía los principios básicos. Sin embargo, poco a poco y conociendo cada vez más a mi hija, y las horas y momentos en los que hacía pipí, y recordando esos principios, empecé a probar algo….
Ella hacía pipi generalmente después de mamar. Por eso, en las ocasiones en que sabía que no iba a hacer pipi, la vestía sin pañal y la porteaba a la espalda.
Así fue como, sin proponérmelo, me dí cuenta de que porteándola con ropa normal, y en contacto con ella podía detectar una señal importante para ambas.
La experiencia de portear a mi hija en la espalda sin pañal me hizo darme cuenta de cuando ella tenía necesidad de hacer pis. Y siempre me daba perfectamente tiempo a bajarla y prepararnos.
¡Y no fallaba nunca! Creo que me acordaría XD. Así fue como integramos el porteo y el control de esfínteres.
Mientras la porteaba, podía sentir perfectamente como su vientre cambiaba de temperatura, y se calentaba. Un cambio que podía notar perfectamente llevando ella su ropa y yo la mía. A pesar de no existir contacto piel con piel. Pero que no podría notar si hubiera llevado pañal.
Y a condición de no llevar ropa excesivamente gruesa, evidentemente. En mi caso, generalmente uso algodón.
De verdad, integrar el porteo y el control de esfínteres, funciona
No te puedo decir que recuerde ningún accidente, de verdad que no lo recuerdo. Aunque no negaré el hecho de que pueda ocurrir. Y que midas tus posibilidades si vas a probar a portear sin pañal. 😀 Pero también es verdad que fue una experiencia que duró meses y que me sorprendió por su eficacia. De hecho volví a probar con mi tercer hijo y seguía funcionando.
En otras muchas ocasiones llevaba pañal de tela, a veces era más «fácil» no estar pendiente. 😛 No pretendí con ello que ella fuera consciente, y sin embargo creo que la ayudó en su proceso. Además, a mi me permitió ser consciente de su cuidado, de sus señales y de alguna manera ayudarla a conocerse.
A veces se me olvida incluso que fue mi hija con 18 meses quien me pidió que no le pusiera pañales «nuncamaz» una mañana. Después vninieron varias semanas, muchas, con control total nocturno. Mis hijos tardaron al menos 12 meses más que ella.
En cualquier caso, el tiempo al final es lo de menos. Tanto el bebé, como el niño necesitan solamente tiempo. Así reconocerán sus propias señales, y aprenderán de ellas. Nosotros sólo estamos para acompañarles, y poner medios, también biológicos, para ayudarles, sin presión ni juicios, a la escucha. Enseñándoles a seguir sus sentidos, dándoles seguridad en cada paso hacia su autonomía.
Ella podrá elegir
El caso es que hoy le he contado a mi hija una experiencia distinta, nuestra experiencia. En la que fuimos las protagonistas. Y entonces ella me ha preguntado ¿y cómo voy a portear a mi bebé cuando sea mayor mamá? … y ya estamos estudiando esta nueva cuestión. 🙂